miércoles, 22 de octubre de 2008

uso de los signos de exclamacion


Los signos de exclamación (¡ !), también conocidos como signos de admiración,[1] se usan para indicar una expresión y para enfatizar algo. Está compuesto de dos elementos: un signo de apertura (principio de exclamación), con el punto suprascrito (¡) y un signo de cierre (fin de exclamación), con subpunto (!).
Este signo tiene la función de representar en la escritura la entonación exclamativa de un enunciado. En la pronunciación, los enunciados que van entre signos de exclamación tienen un tono final descendente, pero con un momento previo de ascenso brusco, en palabras como qué, cuán, cuánto, quién, cuándo...
Generalmente en todos los idiomas se usa ! pero en español se usa igualmente, por normativa, el signo de apertura ¡ porque la tonalidad de la exclamación es diferente de la de otras lenguas.

uso del signo de interogacion


El signo de interrogación es un signo de puntuación que indica que la oración que le sigue o precede es una pregunta. Su origen se gráfico encuentra en el latín: la palabra «cuestión» viene del latín questio, o pregunta, abreviado como «Qo». Esta abreviación se transformó en el signo de interrogación.A su vez, el latín tomó la grafía del signo de interrogación del púnico-cartaginés a-khar, equivalente al questio latino.
En la mayoría de los idiomas se utiliza un único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: How old are you? (Inglés: ¿Cuántos años tienes?). Este fue el uso habitual también en español, hasta mucho después de que la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia, en 1754, declarase preceptivo iniciar las preguntas con el signo de apertura de interrogación invertido, (¿) y terminarlas con el signo de interrogación ya existente (?) –¿Qué edad tienes?–, al tiempo que se ordenaba lo mismo para los signos de admiración (¡) y (!).Este criterio, en realidad, no se generalizaría hasta casi un siglo más tarde, ya que desde esa fecha de mediados del siglo XVIII hasta mediados del XIX la Real Academia Española no tuvo, ni mucho menos, el carácter corporativo e institucional que le iba a conferir la monarquía isabelina posteriormente. Las imprentas siguieron editando según la costumbre: ubicaban solamente un signo al final de las frases interrogativas o exclamativas.
Si los signos iniciales se extendieron en las tipografias, no se debió a que el español tenga el problema de que no se sabe en qué momento se inicia la frase interrogativa o admirativa (la sintaxis de otras lenguas tambien desconoce ese momento), sino al carácter forzoso que dio la monarquía a los criterios de la Real. La norma de los signos de interrogación y exclamación iniciales fue impuesta, simplemente, de la mano de la Gramática oficial de la institución monárquica. Su carácter compulsorio estaba limitado al muy reducido ámbito idiomático de España (ver, por ejemplo, la resistencia de Chile). Una solución intermedia muy corriente consistió en utilizar los signos de apertura sólo cuando el enunciado era largo, o con riesgo de ambigüedad, pero no para las frases breves y claramente interrogativas, como Quién vive?

viernes, 17 de octubre de 2008

uso de los puntos suspensivos


Los puntos suspensivos (…) suponen una interrupción de la oración o un final impreso.


Orientación de uso
Ejemplos

Después de los puntos suspensivos, cuando cierra un enunciado, se escribe mayúscula.

El caso es que sí lloviese… Mejor no pensar cosa tan improbable.

Estamos ante un bosque mediterráneo de encinas, alcornoques, pinos… Bajo estos árboles es fácil encontrar níscalos en otoños lluviosos.


Cuando los puntos suspensivos no encierran un enunciado y este continúa tras ellos, se escribe minúscula.


Estoy pensando que… aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme.


Se usan los puntos suspensivos al final de enumeraciones abiertas o incompletas, con el mismo valor que la palabra etcétera.


Su tienda es como la de los pueblos, donde venden de todo: comestibles, cacharros, ropas, juguetes….

Puedes hacer lo que te apetezca más: leer, ver la televisión, escuchar música…


Cuando se quiere expresar que antes de lo que va a seguir ha habido un momento de duda, temor o vacilación.

Iré; no iré… Debo decidirme pronto.

Espero una llamada del hospital… Seguro que son buenas noticias.

No sé… Creo que… bueno, sí, me parece que voy a ir.

En ocasiones, la interrupción del enunciado sirve para sorprender al lector con lo inesperado de la salida.


Se convocó a una junta, se distribuyeron centenares de papeles anunciándola y, al final, nos reunimos… cuatro personas.



Para dejar un enunciado incompleto y en suspenso.


Fue todo muy violento, estuvo muy desagradable… No quiero seguir hablando de ello.


Cuando se reproduce una cita textual, sentencia o refrán, omitiendo una parte.


En ese momento de indecisión, pensé: Más vale pájaro en mano…” y acepté el dinero.

El escolar recitaba muy solemne: “Con diez cañones por banda…”


Se escriben tres puntos dentro de paréntesis (…) o corchetes […] cuando al transcribir literalmente un texto se omite una parte de él.


Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora […] Alonso Quijano el Bueno.

uso de dos puntos


Los dos puntos(:) detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue.

Se usan los dos puntos en los casos siguientes:

Orientación de uso
Ejemplos

Después de enunciar una enumeración.









Van a subastar tres manuscritos: uno de Borges, otro de Alfonso Reyes y un tercero de Antonio Machado.

Tres son las provincias aragonesas: Huesca, Zaragoza y Teruel.

También para cerrar una enumeración, antes del anafórico (repetición de palabras) que los sustituye, se utilizan los dos puntos.


Natural, sana y equilibrada: así debe ser una buena alimentación.

Terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas: esas son las principales catástrofes naturales.


Los dos puntos preceden a las citas textuales. En este caso, después de los dos puntos se suele escribir la primera palabra con inicial mayúscula.

Las palabras del médico fueron: “Reposo y una alimentación equilibrada”.

Ya lo dijo Descartes: “Pienso, luego existo”.


Se emplea este signo de puntuación tras las fórmulas de saludo en las cartas y documentos. También en este caso la palabra que sigue a los dos puntos se escribe con mayúscula y, generalmente, en un renglón aparte.

Querido amigo:
Te escribo esta carta para comunicarte….

Muy señor mío:
Le agradeceré se sirva tomar a su cargo…


Se emplean los dos puntos para conectar oraciones o proposiciones relacionadas entre sí sin necesidad de utilizar otro nexo.
Son varias las relaciones que se pueden expresar:







a) Relación causa-efecto.


Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano.



b) Conclusión o resumen de la proposición anterior.


Varios vecinos monopolizaron la reunión con problemas particulares: no llegaron a ponerse de acuerdo.


c) Verificación o explicación de la proposición anterior, que suele tener un sentido más general.

La paella es un plato de la cocina española muy completo desde el punto de vista nutritivo: cuenta con la fécula del arroz, las proteínas de sus carnes y pescados y la fibra de sus verduras.

Se utilizan los dos puntos para separar la ejemplificación del resto de la oración.

De vez en cuando tiene algunos comportamientos inexplicables: hoy ha venido a la oficina con las zapatillas de andar en casa.

Puedes escribir un texto sobre algún animal curioso: el ornitorrinco, por ejemplo.


En los textos jurídicos y administrativos
-decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o instancias-, se colocan los dos puntos después del verbo, escrito con todas sus letras mayúsculas.

(Hay que recordar que en estos textos, el verbo o verbos que presentan el objetivo fundamental del documento se escriben con mayúscula; así como, que la primera palabra del texto que sigue a este verbo se escribe siempre con inicial mayúscula y el texto forma un párrafo diferente).


CERTIFICA:
Que D. José Álvarez García ha seguido el Curso de Técnicas Audiovisuales celebrado en la Escuela de Cine durante los meses de abril y mayo del presente año.

uso de la coma


La coma (,) indica una pausa breve que se produce dentro del enunciado.


Orientación de uso
Ejemplos

Se emplea para separar los miembros de una enumeración, salvo que vengan precedidos por algunas de las conjunciones y, e, o, u.

Es un chico muy reservado, estudioso y de buena familia.

Acudió toda la familia: abuelos, padres, hijos, cuñados, etc.

¿Quieres café, té o un refresco?


Cuando los elementos de una enumeración constituyen el sujeto de la oración o un complemento verbal y van antepuestos al verbo, no se pone coma detrás del último.

El perro, el gato y el ratón son animales mamíferos.

De gatos, de ratones y de perros no quiero ni oír hablar.


Se usa coma para separar miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado, a excepción de los casos en los que medie alguna de las conjunciones y, e, ni, o, u.


Estaba preocupado por su familia, por su trabajo, por su salud.

Antes de irte, corre las cortinas, cierra las ventanas, apaga las luces y echa la llave.

Sin embargo, se coloca una coma delante de la conjunción cuando la secuencia que encabeza expresa un contenido (consecutivo, de tiempo, etc.) distinto al elemento o elementos anteriores.


Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, y quedaron encantados.



También cuando esa conjunción está destinada a enlazar con toda la proposición anterior, y no con el último de sus miembros.


Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda.

Siempre será recomendable el empleo de la coma cuando el período sea especialmente largo.

Los instrumentos de precisión comenzaron a perder exactitud a causa de la tormenta, y resultaron inútiles al poco tiempo.


En una relación cuyos elementos están separados por punto y coma, el último elemento, ante el que aparece la conjunción copulativa (esto es, “que liga y junta dos cosas”), va precedido de coma o punto y coma.

En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa.

Con gran aplomo, le dijo a su familia que llegaría a las tres; a sus amigos, que lo esperasen a las cinco; y consiguió ser puntual en los dos casos.


Se escribe una coma para aislar el vocativo (“llamar o invocar a una persona o cosa”) del resto de la oración.



Julio, ven acá.
He dicho que me escuchéis, muchachos.



Cuando el vocativo va en medio del enunciado, se escribe entre dos comas.

También cuando se interrumpe el sentido del discurso con un inciso aclaratorio o incidental, sobre todo si este es largo o de escasa relación con lo anterior o posterior.

Para intercalar algún dato o precisión: fechas. lugares, significado de siglas, el autor u obras citados.

Cuando dentro de un enunciado o texto que va entre paréntesis es preciso introducir alguna nota aclaratoria o precisión.

Para encerrar aclaraciones o incisos que interrumpen el discurso. En este caso se coloca siempre una raya de apertura antes de la aclaración y otra del cierre al final.

Estoy alegre, Isabel, por el regalo.

a) Aposiciones (“reunión de dos o más sustantivos sin conjunción”) explicativas.


En ese momento Adrián, el marido de mi hermana, dijo que nos ayudaría.


b) Las proposiciones adjetivas explicativas.


Los vientos del Sur, que en aquellas abrazadas regiones son muy frecuentes, incomodan a los viajeros.


c) Cualquier comentario, explicación o precisión a algo dicho.


Toda mi familia, incluido mi hermano, estaba de acuerdo.


d) La mención de un autor u obra citados.

La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones y autoridades.

Cuando se invierte el orden regular de las partes de un enunciado, anteponiendo elementos que suelen ir pospuestos, se tiende a colocar una coma después del bloque anticipado. No es fácil establecer con exactitud los casos en que esta anteposición exige el uso de la coma. Pero frecuentemente puede aplicarse esta norma práctica:

a) Si el elemento antepuesto admite una paráfrasis con en cuanto a, es preferible usar coma.


Dinero, ya no le queda. (Es posible decir: En cuanto al dinero, ya no le queda).

b) Si, por el contrario, admite una paráfrasis con es lo que o es el que no se empleará coma.

Vergüenza debería darte. (Equivalente a: Vergüenza es lo que debería darte).

También suele anteponerse una coma a una conjunción o locución conjuntiva que une las proposiciones de una oración compuesta, en los casos siguientes:

a) En las proposiciones coordinadas adversativas (“que denotan oposición”) introducidas por conjunciones como pero, más, aunque, sino.

Puedes llevarte mi cámara de fotos, pero ten mucho cuidado.

Cogieron muchas cerezas, aunque todas picadas por los pájaros.


b) Delante de las proposiciones consecutivas introducidas por con que, así que, de manera que….


Prometiste acompañarle, con que ya puedes ir poniéndote el abrigo.

El sol me esta dando en la cara, así que tendré que cambiarme de asiento.

c) Delante de proposiciones causales lógicas y explicativas.

Es noble, por que tiene un palacio.

Están en casa, pues tienen la luz encendida.


Los enlaces como esto es, es decir, o sea, en fin, por último, por consiguiente, sin embargo, no obstante, además, en tal caso, por lo tanto, en cambio, en primer lugar, y también, a veces, determinados adverbios o locuciones que desempeñan la función de modificadores oracionales, como generalmente, posiblemente, efectivamente, finalmente, en definitiva, por regla general, quizás, colocados al principio de una oración, se separan del resto mediante una coma.


Por consiguiente, no vamos a tomar ninguna resolución precipitada.

No obstante, es necesario reformar el estatuto.

Efectivamente, tienes razón.



Cuando estas expresiones van en medio de la oración, se escriben entre comas.



Estas dos palabras son sinónimas, es decir, significan lo mismo.

Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron.

Este tipo de accidentes están causados, generalmente, por errores humanos.


Si los bloques relacionados mediante estos enlaces forman parte de la misma oración compuesta escrita entre puntos, se suelen separar con punto y coma colocado delante del enlace, al que seguirá una coma.


Se suele colocar punto y coma, en vez de coma, delante de conjunciones o locuciones conjuntivas como pero, mas y aunque, así como sin embargo, por tanto, por consiguiente, en fin, etc., cuando los períodos tienen cierta longitud y encabezan la proposición a la que afectan.


Si los bloques no son muy largos, se prefiere la coma.

Si los períodos tienen una longitud considerable, es mejor separarlos con punto y seguido.

En los casos en que se omite un verbo, por que ha sido anteriormente mencionado o porque se sobreentiende, se escribe en su lugar una coma.

El árbol perdió sus hojas; el viejo, su sonrisa.

Los niños, por aquella puerta.

En matemáticas, un genio; para la música, bastante mediocre.


En las cabeceras de las cartas, se escribe coma entre el lugar y la fecha.


Santiago, 8 de enero de 1999.

Se escribe coma para separar los términos invertidos del nombre completo de una persona o los de un sintagma (que integran una lista (bibliografía, índice,…).

BELLO, Andrés: Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos.

CUERVO, Rufino José: Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana.

–construcción, materiales de
–papelería, artículos de

uso del punto

El punto (.) señala la pausa que se da al final de un enunciado. Después de punto –salvo en el caso del utilizado en las abreviaturas– siempre se escribe mayúscula.

Hay tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.


Orientación de uso
Ejemplos:

a)El punto y seguido separa enunciados que integran un párrafo. Después de un punto y seguido se continúa escribiendo en la misma línea. Si el punto está al final del renglón, se empieza en el siguiente sin dejar margen.


Salieron a dar un breve paseo. La mañana era espléndida.

b)El punto y aparte separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar, dentro de la unidad del texto, contenidos diferentes. Después del punto y aparte se escribe en una línea distinta. La primera línea del nuevo párrafo debe tener un margen mayor que el resto de las líneas que lo componen, es decir, ha de quedar sangrada.

El mar estaba embravecido aquel día. Los barcos bailaban sobre el agua sorteando las olas con dificultad.

Miguel, sentado en el muelle, esperaba el regreso de su padre.

Atisbaba el horizonte buscando ansioso su barco con la mirada.


c)El punto final es el que cierra un texto.


Este es el final del texto.

El punto se utiliza también después de las abreviaturas. Hay también abundantes excepciones a esta regla. Así, los símbolos de los elementos químicos y de las unidades de medida se escribirán sin punto.

Sra., Excmo., cf.

Au
Ag
km

uso de la z


La letra Z:
Se escriben con Z:
Los sustantivos que terminan en -AZGO:
Almirantazgo
Padrinazgo

Muchos de los sustantivos y adjetivos terminados en -IZ, -OZ, -UZ.
Perdiz
Precoz
Luz
Actriz
Veloz
Andaluz


Algunas palabras con el sufijo -UZCO.
Blancuzco

Los verbos terminados en -IZAR (Formada por palabra base + sufijo -izar)
Finalizar
Canalizar
Minimizar

En las formas verbales de los verbos terminados en -ACER, -ECER, -OCER, -UCIR, (Delante de C con sonido K):
Conduzco
Amanezca
Florezcamos
Conozcamos

Los aumentativos terminados en -AZO, -AZA:
Golpazo
Palazo
Ladrillazo

Los diminutivos y despectivos que terminen en -ZUELO, -ZUELA:
Mujerzuela
Ladronzuelo

Los adjetivos con terminaciones agudas en -AZ:
Capaz
Tenaz
Eficaz
Perspicaz

Los patronímicos españoles graves o agudos terminados en -EZ:
González
Sánchez
Fernández
Gómez

Los sustantivos abstractos que terminan en -EZ, -EZA, -ANZA:
Vejez
Niñez
Confianza
Esperanza
Pereza
Belleza

Los adjetivos terminados en -IZA, -IZO:
Rojizo
Primeriza
Mellizo
Cobriza